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25 Mayo 2022

Bajo control

Desde el Departamento de Prensa del Club mantuvimos una interesante y didáctica charla con Oriana Nápoli, Licenciada en Nutrición, que desde el 2019 se desempeña en Barracas Central.

 

El Guapo no se encuentra ajeno a los tiempos que corren y si bien lo más importante es que la pelota entre los días de partido, desde el Club se le brindan todas las herramientas posibles al plantel y cuerpo técnico para que nada quede librado al azar. Es así que desde hace casi tres años, Oriana es la encargada de todo lo que tiene que ver con la parte nutricional del equipo.

Relacionada desde chica con el deporte -fue nadadora federada-, Oriana nos cuenta su desembarco en el mundo de la número 5: "Mi llegada al fútbol se da de una manera muy loca, casi casual diría. Al ser docente de la Universidad Abierta Interamericana, que trabaja mucho con la UAI Urquiza, fui invitada varias veces a dar charlas y asesoramientos de nutrición en el deporte y cuando el Club asciende de la Primera C a la Primera B me llamaron para trabajar de manera permanente".

Si bien nunca abandonó la docencia, pasar de las aulas a trabajar con deportistas profesionales fue todo un desafío: "Me pareció genial y nunca dudé en aceptar la propuesta del Club. Más allá que es trabajo, por mi pasado de deportista siempre quise trabajar en este área, así que disfruto muchísimo lo que hago".

En UAI Urquiza conoce a Cristian Aldirico y su llegada al Guapo se da de la mano del técnico que supo reemplazar al Gato Daniele en la Primera Nacional: "Con Cristian trabajé también en Temperley y cuando vino a Barracas lo acompañé. Por cosas del fútbol tuvo que dejar su cargo y ahí fue donde Matías Tapia me expresó su conformidad y la del plantel con mi desempeño y las ganas de que me quede trabajando en el Club. Y como yo también me sentía cómoda y a gusto con la atmósfera laboral que se construyó, no me fue nada difícil tomar la decisión de quedarme".

Cuando hablamos de nutrición o nutricionista, lo primero que se nos viene a la mente es una balanza o una ensalada. Pero en realidad hay todo un trabajo y una logística que Oriana lleva adelante con el plantel: "Al Club voy dos veces por semana y si me toca, también a los partidos. Por lo general uno o dos días antes les aviso que va a haber pesaje y a veces sin tanta anticipación para que no me hagan trampas (risas). Siempre pesamos a todos y también elijo a alguno para hacer una evaluación antropométrica, que es un estudio de composición corporal que sirve de guía para saber a cuántos kilos de masa corporal y de grasa corresponde el peso. Y eso nos da la pauta para saber si el jugador tiene que aumentar esa masa muscular o bajar los valores de grasa para luego realizar el informe correspondiente y compartirlo con los profes, ya que trabajamos de manera conjunta".

A medida que transcurre la charla, da muestras de satisfacción y alegría por su trabajo ya que siempre quiso desarrollar su profesión en el área deportiva. Pero también es cierto que ser la nutricionista de un plantel de fútbol no estaba en sus planes: "Trabajar en el fútbol sinceramente no estaba entre mis objetivos pero se dio. Y a medida que me fui metiendo, que fui conociendo el trasfondo y todo lo que rodea al fútbol, me enamoré. Me encanta más allá de no ser hincha de ningún Club. Disfruto mucho ir a la cancha y conocerlo desde adentro despertó mi interés". Si bien no se reconoce como futbolera, el vínculo generado con el Club y el grupo después de tantos años la lleva a estar pendiente del equipo: "Si no me toca estar lo miro por tele. Recuerdo que mi papá y mi hermana siempre fueron a la cancha y yo nunca. Y hoy ser parte, compartir el día a día, hacen que disfrute muchísimo ir a la cancha".

Profesional incansable, Oriana no sólo trabaja con el plantel guapo si no que también con el equipo femenino de la UAI y desde hace un año con los juveniles de Huracán y Platense. Los que la siguen en sus redes sociales pueden ver que esta semana en San Juan junto al equipo se encargó de toda la organización de las comidas y colaciones en la pretemporada: "Le elevo al Club una lista con todo lo que se necesita y me encargo de preparar las viandas para los entrenamientos, para los entretiempos y el post partido. En el caso de las concentraciones o ahora que estamos en pretemporada armo los menúes. Unos días antes, a través de la gente del Club que se encarga de la logística del plantel, se manda al hotel la lista de todo lo que se necesita. Es todo bastante complejo porque también depende del horario del partido. Hay veces que se reemplaza una comida por una colación, hay que estar atentos a eso para que el jugador llegue de la mejor manera al inicio del encuentro".

Otro punto importante a tener en cuenta es la recuperación posterior inmediata después del esfuerzo físico donde resalta que "nos encargamos también que nunca falten barras proteicas, suplementos de proteínas y barritas de cereal. Siempre hay que tener a mano para acelerar la recuperación del jugador". Otra de las tareas que lleva a cabo es el de la supervisión: "Si bien tengo la suerte de contar con un grupo de jugadores hiper profesionales, hoy en día a la hora de las comidas no me siento a la mesa hasta que el último se sirva, estando atenta por si alguno necesita algo o para controlar las porciones sobre todo de lo que tengan de postre"

El rol del nutricionista desde hace tiempo ya está instalado en los planteles profesionales y en el caso de Barracas cuenta con el plus de una buena relación y comunión entre jugador-nutricionista: "Todos son conscientes y saben qué es lo que les conviene y qué no, qué tienen que comer y qué no. Incluso con las mediciones, saben cuáles son los valores que les tiene que dar". Por si quedó alguna duda del nivel de profesionalismo y compromiso que profesa el Club conjuntamente con el Departamento de Nutrición que tiene a cargo Oriana Nápoli, en esta pretemporada se está controlando el estado de hidratación de los jugadores, que "es un estudio que se realiza a través de un aparato llamado refractómetro en el cual se deposita una gotita de orina. Eso arroja un número de densidad urinaria y dependiendo de ese número se comprueba si el jugador está bien hidratado o no. Lo bueno es que al arrojar el resultado inmediatamente, en caso de haber alguien con el nivel de hidratación bajo se lo puede corregir de manera rápida".

Buenos profesionales habrá muchos. Y llegar a ese nivel es algo que Oriana consiguió en las aulas de la facultad como alumna primero y como docente después. Pero el mayor mérito más allá de lo profesional es el vínculo que generó en estos años en Barracas Central. El respeto, la confianza, la complicidad bien entendida y la empatía generada con el plantel y el cuerpo técnico es algo que ella se ganó con el tiempo y que le permite desarrollar su labor en un ambiente ideal donde claramente los resultados están a la vista.